Las estrellas masivas no se desvanecen en calma, sino que se extinguen en un enorme estallido. Viven rápidamente y mueren jóvenes, liberando una inmensa cantidad de energía al final de su existencia.
La Nebulosa del Velo (NGC 6960) es una nube de gas caliente e ionizado, expulsada por una supernova. Son los restos de una estrella que explotó hace entre 30.000 y 40.000 años en la constelación del Cisne.
La estrella progenitora de la supernova tenía una masa 20 veces mayor que la del Sol y explotó a una distancia de 1.500 años luz, una vecina relativamente cercana en términos astronómicos.
De aspecto llamativo, sus intrincados filamentos de gas resplandecientes parecen recordar el trazo dejado por un pincel en el cielo: estrecho y denso por un extremo, mientras que por el otro, abierto y difuso con algunas ondulaciones.
Los coloridos filamentos provienen de la energía liberada cuando los veloces residuos de la explosión se difunden en sus inmediatas. La nebulosa se encuentra a lo largo del borde de una gran burbuja de gas de baja densidad que fue lanzada al espacio por la estrella moribunda.
La forma de la nebulosa depende de varios factores, como la masa y la velocidad de la estrella progenitora, así como de sus interacciones con el medio interesante. A medida que las capas expulsadas se expanden en el espacio, interactúan con el gas y el polvo interestelar, formando estructuras complejas y hermosas. Estas estructuras pueden incluir anillos, filamentos, burbujas y otras formas.
Imagina que lanzas una piedra en un lago. El agua reacciona, forma ondas, pero si hay rocas o ramas bajo la superficie, estas ondas se deforman, cambian de dirección y crean patrones inesperados.
Ahora, viajamos al espacio. Imagina una estrella masiva al final de su vida: colapsa en un instante y libera una energía descomunal. Esa explosión debería haber creado una esfera perfecta, una onda de choque que se expande de manera uniforme en todas direcciones, como esas ondas en el agua.
Pero cuando miramos el Bucle de Cygnus, no vemos una esfera perfecta… vemos una estructura moldeada, esculpida, llena de contrastes y asimetrías.
Durante mucho tiempo, se pensó que la estrella progenitora había limpiado su entorno antes de explotar, creando una cavidad vacía donde la onda de choque se expandió sin obstáculos. Sin embargo, hoy sabemos que esto no es cierto.
El Bucle de Cygnus es una estructura esculpida por su entorno. Su interacción con nubes locales ha determinado su forma real. La materia en su camino ha guiado su expansión, delimitando sus fronteras, comprendiendo algunas regiones y permitiendo que otras se expandan libremente.
Observa la parte este: está más cerca de nosotros. En el sur, esa extraña protuberancia conocida como "blowout" parecía un fenómeno aislado… pero no lo es. Es simplemente la onda de choque atravesando una región de baja densidad, extendiéndose sin resistencia y dándonos la ilusión de que es algo distinto.
Este descubrimiento es posible gracias a una combinación de tecnologías: los datos de paralaje de Gaia, observaciones espectroscópicas desde telescopios terrestres y el análisis de imágenes en múltiples longitudes de onda.
Esta historia nos revela que el universo es un equilibrio constante entre el caos y la estructura. No es solo la explosión de una estrella lo que define un remanente de supernova, sino el diálogo que mantiene con su entorno, con el material que lo rodea y con las fuerzas invisibles que lo moldean.
El Bucle de Cygnus nos recuerda que todo interactúa, todo deja su huella. Y quizás, si miramos nuestra propia vida, podemos encontrar un reflejo de esto: somos el resultado de las interacciones que nos moldean a lo largo del camino.
Alza la vista al cielo. Busca el Bucle de Cygnus. No verás solo los restos de una estrella… verás la historia de su entorno, escrita en la luz.
Nebulosa Filamentosa _SkyWatcher80-600 ED Evostar _ ZWO ASI533MC Pro _33LIGHT _ 33.00 _1x1 _ 150 _ -10.00 _2023-08-05
Realizado desde mi patio: Quijorna (Madrid)
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