La llamativa Nebulosa M27

Imagen en bruto, apilada y recortada con Siril de 48 fotografías de 30 segundos de exposición. 

Tomadas desde mi patio en Quijorna el 24 de septiembre de 2023.


I. ¿Qué es una nebulosa planetaria?


Imagina una estrella como nuestro Sol acercándose al final de su vida. Ya no puede sostener su propio peso. Empieza a pulsar, a sacudirse, a liberar con violencia sus capas exteriores. Lo que queda es un núcleo caliente, feroz, que emite radiación ultravioleta tan intensa que ioniza todo el gas a su alrededor. Ese halo brillante, que parece una burbuja, es una nebulosa planetaria.


Pero no te dejes engañar por el nombre. No tiene nada que ver con los planetas. Es una metáfora antigua, una herencia de los primeros telescopios. Y M27, la Nebulosa Dumbbell, es una de las más cercanas y bellas representantes de este proceso.


II. Morfología de una despedida


La Dumbbell no es una burbuja perfecta. Es un objeto caótico, lleno de capas, fragmentos y estructuras enredadas. Observada en distintas longitudes de onda, cambia su rostro como una máscara en movimiento. Su capa más brillante, que mide 8 por 5 minutos de arco, está conectada a un halo más difuso por lo que parecen ser “streamers”: lenguas de gas que fluyen hacia fuera, como si la nebulosa respirara.


En su corazón, una estrella caliente —más de 100.000 kelvins— sigue iluminando la escena. Pero esta estrella ya no produce vientos rápidos. Lo que vemos ahora es el legado congelado de antiguos soplos de materia. Un suspiro cósmico, capturado en expansión.


III. Un laboratorio de extremos


Gracias a la espectroscopía de transformada de Fourier, los investigadores Lagrois y su equipo lograron algo impresionante: descomponer la luz de la Dumbbell en cada píxel, en cada frecuencia, como si la nebulosa entera fuera una partitura. Observaron líneas de emisión como H-alfa, [N II], [O III], He I, [S II]... cada una contando una parte distinta de la historia.


A través de esta técnica, la nebulosa deja de ser una imagen para convertirse en un mapa tridimensional de temperatura, densidad y movimiento. Aparecen zonas de turbulencia supersónica. Se detectan nudos de gas denso, regiones de baja ionización en las afueras, capas de gas más caliente en el interior. Como una cebolla cósmica que se pela con luz.



IV. ¿Choques o luz?


Uno de los grandes misterios de las nebulosas planetarias es si están moldeadas por vientos violentos o simplemente por radiación. En el caso de M27, los datos son claros: la mayor parte de la energía proviene de fotoionización. Es decir, la estrella ilumina, pero ya no empuja. La violencia quedó atrás.


Y sin embargo... los nudos más densos de gas, aquellos que parecen sembrar la estructura como si fueran las semillas de una flor estelar, muestran rastros de moléculas de hidrógeno (H₂) que sólo pueden sobrevivir si están protegidas del calor. Algunas de estas moléculas están excitadas térmicamente. ¿Por qué? ¿Qué las mantiene vivas?


Aquí entra en juego otro fenómeno: los choques. Aunque suaves, parecen seguir activos en los bordes. Como olas tardías que lamen la playa después de una tormenta.


V. La paradoja de la abundancia


Uno de los hallazgos más fascinantes de este estudio tiene que ver con un problema persistente en astrofísica: la discrepancia de abundancias. Cuando los astrónomos calculan la cantidad de elementos pesados en estas nebulosas, obtienen dos resultados distintos dependiendo de si usan líneas de recombinación óptica o líneas excitadas colisionalmente. En M27, como en muchas otras, los datos no cuadran. Las fluctuaciones de temperatura y densidad podrían ser responsables.


Lo que esto nos dice es que incluso los objetos que parecen simples desde la Tierra —una nube de gas iluminada— son, en realidad, laboratorios de física compleja, con comportamientos que aún estamos intentando descifrar.


VI. Una metáfora de nosotros mismos


Quizá os preguntéis: ¿por qué dedicar tanto esfuerzo a estudiar una nube de gas? ¿Por qué usar telescopios, espectroscopios y noches de invierno para diseccionar una estrella muerta?


La respuesta, creo, es doble.


Por un lado, porque cada nebulosa planetaria es una ventana al futuro de nuestro propio Sol. Algún día, dentro de cinco mil millones de años, la Tierra será testigo —si aún existe— de un espectáculo similar.


La Dumbbell es un cuerpo que se deshace. Un suspiro estelar que dejó atrás su forma original para convertirse en algo nuevo, complejo, contradictorio. Como nosotros, es un sistema que mezcla orden y caos, expansión y colapso, luz y sombra.


Y en medio de todo eso, sigue brillando.


Porque quizá, al final, todos somos un poco como la Nebulosa Dumbbell: polvo, memoria… y luz que aún viaja.


Preguntas que siguen orbitando a M27

🌌 ¿Cómo se esculpió esta forma de “reloj de arena” o “manzana mordida”?
Sabemos que las nebulosas planetarias nacen cuando una estrella de masa baja o intermedia expulsa sus capas externas al final de su vida. Pero M27 no se conforma con ser un ejemplo típico. Su intrincada morfología —con lóbulos brillantes a ambos lados y una barra central difusa— desafía los modelos más simples de expansión estelar. ¿Fueron vientos estelares asimétricos los que moldearon esta forma? ¿O intervino algún campo magnético que canalizó la materia hacia estructuras inesperadas?


🌟 ¿Qué edad tiene el "corazón" de la nebulosa?
En el centro de M27 brilla una estrella remanente extremadamente caliente. Pero su edad y etapa evolutiva aún generan debate. Algunos indicios sugieren que aún no ha iniciado su lento enfriamiento como enana blanca, mientras que la aparente ausencia de vientos rápidos sugiere que ya ha entrado en esa fase silenciosa. ¿Estamos viendo a una joven estrella en plena transición… o a una anciana que se apaga muy lentamente?


🧩 ¿Qué son esos nudos brillantes y oscuros que la salpican?
M27 está salpicada por pequeñas estructuras densas, como grumos flotando dentro de una sopa de gas brillante. Algunos brillan como carbones encendidos; otros proyectan sombras, bloqueando la luz. ¿Cómo se formaron? ¿Son restos resistentes al paso de las ondas de ionización? ¿O son el producto de inestabilidades internas? Y lo más intrigante: ¿podrían estar lo bastante densos como para conservar moléculas en su interior, protegidas de la intensa radiación ultravioleta?


🔥 ¿Por qué no tiene una sola temperatura?
A simple vista, podríamos imaginar que una nebulosa es un gas uniforme, con temperatura homogénea. Pero no. En M27 hay zonas claramente más calientes que otras. ¿Son ondas de choque? ¿Turbulencias internas? ¿O es que los densos nudos proyectan sombras que enfrían regiones a su alrededor? Estas diferencias térmicas son más que un detalle: podrían alterar profundamente los cálculos sobre su composición química.


🧪 ¿Podrían estas diferencias resolver un misterio cósmico?
Existe un problema clásico en astrofísica: la "discrepancia de abundancias". Dependiendo del método que se use para calcular cuántos átomos de ciertos elementos hay en una nebulosa, los resultados no coinciden. Una de las hipótesis más prometedoras es que estas fluctuaciones de temperatura interna podrían estar detrás del problema. ¿Serán las diferencias térmicas de M27 lo suficientemente significativas como para arrojar luz sobre este enigma?


🌬️ ¿Qué relación hay entre el movimiento del gas y la temperatura?
Cuando los astrónomos miden las velocidades del gas en M27, descubren que no todo fluye de forma ordenada. Hay turbulencias. Y como en la atmósfera terrestre, donde el movimiento del aire afecta la temperatura, aquí podría estar ocurriendo algo similar. ¿Será esa danza desordenada del gas la responsable de las diferencias térmicas que observamos? Aún hacen falta modelos más detallados para desentrañar esta posible conexión.


Referencia:  

Dominic Lagrois, Gilles Joncas, Laurent Drissen, Thomas Martin, Laurie Rousseau-Nepton, Alexandre Alarie, An optical investigation of the Dumbbell planetary nebula (M27, NGC 6583), Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Volume 448, Issue 2, 1 April 2015, Pages 1584–1606, https://doi.org/10.1093/mnras/stv070 


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