La nebulosa que surge del velo


 

La Nebulosa del Velo Oriental, también conocida como la Nebulosa Cirro o NGC 6992 y NGC 6995 en términos técnicos, es una extensa nebulosa de emisión en la constelación de Cygnus (el Cisne), ubicada en la mitad de la Vía Láctea, a unos 1,500 años luz de la Tierra.
Este impresionante fenómeno es un remanente de una supernova, resultado de una explosión cataclísmica de una estrella masiva. La radiación ultravioleta emitida por estrellas cercanas ilumina e excita los componentes de hidrógeno y oxígeno en la nebulosa, creando su distintiva luminiscencia en colores como el rojo, verde y azul.
La Nebulosa del Velo Oriental se originó a raíz de una supernova que ocurrió hace aproximadamente entre 5,000 y 8,000 años. En ese momento, una estrella masiva agotó su combustible nuclear y colapsó bajo la gravedad, desencadenando una explosión de proporciones colosales.
Esta explosión liberó una cantidad masiva de energía, luz y material al espacio. Cuando la onda expansiva de la supernova chocó con el gas y el polvo circundante, dio forma a la estructura que hoy conocemos como la Nebulosa del Velo Oriental.
Durante la explosión de una supernova, se expulsan materiales a velocidades impresionantes, creando ondas de choque que se propagan en todas direcciones. Estas ondas interactúan con el medio interestelar a su alrededor, comprimiendo y calentando el gas y el polvo en su trayecto. Con el tiempo, esto conduce a la formación de las características estructuras nebulosas.
Las ondas de choque modelan columnas de gas y polvo, y los lugares donde la onda de choque interactúa con hidrógeno y oxígeno generan las impresionantes áreas brillantes de la nebulosa. A medida que estas estructuras evolucionan, se transforman en el intricado encaje cósmico que caracteriza a la Nebulosa del Velo Oriental.
Para observar en detalle y apreciar la estructura intrincada de la Nebulosa del Velo Oriental, es esencial recurrir a la astrofotografía, ya que solo se ve como una fina franja de luz a simple vista. Su ubicación en la constelación de Cygnus la hace particularmente adecuada para la observación en verano. Puedes ubicarla desde la estrella brillante Deneb, que marca la cola del Cisne; desde allí, podrás rastrear la Nebulosa del Velo Oriental.


29 imágenes de 60sg. adquiridas con NINA, apiladas con Siril y procesadas con Pixinsigth 

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