Hoy nos adentramos en los detalles de una de las galaxias más representativas del cielo nocturno: M33, también conocida como la Galaxia del Triángulo. A diferencia de otras espirales más masivas, M33 carece de un bulbo central destacado y su disco galáctico es relativamente tranquilo en su interior, mientras que los brazos presentan una estructura más irregular, especialmente el brazo norte, que parece más desordenado.
Ubicada a unos 2,7 millones de años luz de la Tierra, es la tercera galaxia más grande del Grupo Local, después de la Vía Láctea y Andrómeda (M31). A pesar de ser menos brillante que sus "hermanas", esta espiral tiene un disco lleno de zonas de formación estelar y una inmensa cantidad de gas interestelar.
A diferencia de otras galaxias espirales, M33 tiene una estructura floculenta , lo que significa que sus brazos espirales no son tan bien definidos como los de Andrómeda o la Vía Láctea. En lugar de esto, se ven como fragmentos o “trozos” de brazos, dándole una apariencia más desorganizada. Es como observar los pétalos de una flor que no siguen un patrón simétrico, pero que se expanden de manera suave y desordenada. Esta falta de simetría le otorga un encanto peculiar y único.
Los dos brazos principales de M33 se despliegan en direcciones ligeramente diferentes. El brazo norte es algo menos regular, con una forma algo distorsionada, mientras que el brazo sur sigue un patrón más definido. Para imaginarlo mejor, puedes pensar en una madeja de hilo enredada: algunas partes están perfectamente alineadas, mientras que otras parecen estar desordenadas y sueltas. Así es M33, una galaxia en la que el orden y el caos coexisten.
Alrededor de estos brazos espirales, se extiende un medio interesante lleno de filamentos de gas que alcanzan hasta 7 kilopársecs (unos 22.800 años luz) desde el núcleo galáctico. Estos filamentos son como las venas de la galaxia, transportando material y energía a través de su estructura.
Uno de los aspectos más curiosos de M33 es su disco externo, el cual parece estar deformado . Aunque la parte interior del disco mantiene una inclinación uniforme desde nuestra perspectiva en la Tierra, el disco externo está inclinado en un ángulo diferente, como si estuviera "torcido". Esta deformación puede haber sido causada por un encuentro cercano con otra galaxia, posiblemente con Andrómeda en el pasado, o podría deberse a la acumulación de gas en su entorno. Es como si el disco galáctico estuviera tratando de alinear su orientación hacia Andrómeda, siguiendo una sutil danza gravitacional entre ambas.Si pensamos en una peonza girando, el centro gira de manera constante, pero si le damos un ligero empujón, los bordes externos comenzarán a tambalearse de manera irregular.
En cuanto a sus satélites, M33 no tiene muchas galaxias acompañantes conocidas, pero se han identificado dos candidatos principales: Andrómeda XXII y Piscis VII . Lo curioso es que, según los modelos cosmológicos, M33 debería tener muchos más satélites que los que se han observado.
Se han detectado grandes nubes de gas alrededor de M33, pero sin comparación con estrellas visibles. Estas nubes podrían ser el material bariónico de satélites oscuros, pequeños halos de materia oscura que contienen gas, pero que nunca han formado estrellas.
La acreción es un proceso fundamental en la evolución de galaxias como M33. Este mecanismo consiste en la "captura" de gas y galaxias satélite, que se integran en el halo galáctico. En el caso de M33, el gas sigue siendo un componente clave: su masa gaseosa es aproximadamente la mitad de su masa estelar. A través de este gas, M33 alimenta su continua, aunque moderada, formación de estrellas.
Los estudios del gas de hidrógeno neutro (HI) en M33 revelan que este componente gaseoso se extiende mucho más allá del disco visible, a incluir casi tres veces el tamaño del disco de formación estelar.
Para hacer una comparación más cercana a nuestra experiencia cotidiana, podemos pensar en M33 como un “molino de viento” que gira lentamente en una pradera, con algunas de sus aspas (los brazos espirales) moviéndose de forma desordenada. Alrededor de este molino hay nubes de polvo (el gas) que, de vez en cuando, se acumulan en las aspas, alimentando su rotación y creando pequeñas estrellas que brillan como chispas en el cielo. Sin embargo, de vez en cuando, una corriente de viento fuerte (Andrómeda) pasa cerca, empujando el molino y deformando algunas de sus aspas, aunque sin detener completamente su movimiento.
Referencia: Corbelli, E. y Burkert, A. (2024). Las afueras de M33: distorsiones inducidas por las mareas versus firmas de acreción de gas. Astronomía y Astrofísica ,https://doi.org/10.105/0004--6361 /202244
¿Quieres escucharlo en podcast?: https://go.ivoox.com/rf/135397001
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