Bienvenido bajo las estrellas.
En el silencio profundo de la galaxia…
las nubes respiran.
Son mares invisibles de gas y polvo,
suspendidos en la negrura del espacio,
donde la luz lucha por nacer…
y el tiempo transcurre a otro ritmo.
Allí, en la penumbra,
las fuerzas invisibles del cosmos
tejen nuevas estrellas,
y esculpen cavidades donde antes solo había densidad.
Hoy, viajaremos a uno de esos lugares…
a una burbuja de creación y cambio…
conocida como Sh2-280.
Localizada a unos cinco mil doscientos años luz de nosotros,
en las coordenadas galácticas de 208.7 de longitud…
y -2.6 de latitud…
Allí, en el oscuro tejido de la Vía Láctea,
Sh2-280 brilla como un faro de formación estelar activa.
Un reciente estudio,
realizado con el telescopio de 13.7 metros en China,
nos ha permitido mirar con nuevos ojos esta región.
Al mapear las emisiones del monóxido de carbono —¹²CO, ¹³CO y C¹⁸O—
los astrónomos descubrieron
que Sh2-280 no está sola.
Está rodeada por nubes moleculares masivas,
estructuras gigantescas de gas frío,
divididas en tres grandes componentes de velocidad.
Y Sh2-280…
se encuentra asociada con el segundo de estos componentes:
nubes que se desplazan entre 16 y 30 kilómetros por segundo.
Allí, las nubes forman filamentos…
largos y etéreos,
que envuelven la región H II
como si fueran las hebras de un capullo estelar.
Pero algo más sucede aquí.
Las poderosas estrellas dentro de Sh2-280…
han abierto una cavidad semicircular en medio del gas.
Con sus vientos estelares,
y su radiación implacable,
han barrido el corazón de la nube,
dejando un vacío…
donde antes sólo había densidad.
Y en el centro de estas fuerzas cósmicas…
encontramos a la estrella HD 46573.
Una gigante…
de tipo espectral O7V.
Con suficiente energía para ionizar el gas a su alrededor,
y dar vida a toda la estructura que conocemos como Sh2-280.
Las observaciones son claras:
el ancho de línea del gas se ensancha cerca de HD 46573.
Una firma inequívoca de que esta estrella…
es la fuente de excitación.
La chispa que alimenta la región.
Sh2-280 se encuentra a 1.6 kiloparsecs de nosotros.
Su radio: 7.7 parsecs…
casi veinticinco años luz de diámetro.
La masa de sus nubes moleculares…
asciende a diez mil veces la masa del Sol.
Y aunque su temperatura media es de apenas 7 grados por encima del cero absoluto,
es suficiente para mantener vivo este proceso grandioso.
Pero la dinámica…
revela aún más.
Los mapas muestran una cavidad parcial,
una burbuja que parece estar expandiéndose.
La velocidad de esa expansión…
es de tres kilómetros por segundo.
Y si seguimos ese ritmo hacia atrás en el tiempo…
descubrimos que Sh2-280 lleva unos dos millones y medio de años
en este proceso de crecimiento.
¿Es una estructura plana?
¿Un anillo visto de frente?
Los datos dicen que no.
Los perfiles de temperatura y movimiento…
sugieren que estamos viendo una estructura tridimensional.
Una esfera o burbuja,
como tantas otras regiones H II de nuestra galaxia,
que respiran, se expanden y evolucionan
en las profundidades del espacio.
Sh2-280…
es mucho más que una nube iluminada.
Es un laboratorio,
donde las fuerzas de las estrellas masivas
moldean su entorno,
esculpen cavidades,
y tal vez…
dan lugar al nacimiento de nuevas generaciones de estrellas.
Un recordatorio,
de que en cada rincón del universo,
la materia…
la energía…
y el tiempo…
tejen juntos la gran historia
de creación y transformación.
Referencias: Li, C., Wang, H., Zhang, M., Ma, Y., & Lin, L. (2020). The molecular clouds associated with the HII regions/candidates between L = 207°.7 and L = 211°.7. The Astrophysical Journal Supplement Series, 249(1), 27. https://doi.org/10.3847/1538-4365/ab9cc0
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