Bienvenido bajo las estrellas.
Recuerdo la primera vez que vi a Andrómeda a través de mi telescopio. Aquel borrón algodonado de luz, a 2.5 millones de años luz, venía directo hacia nosotros a 400.000 km/h. ¿Cómo puede estarse acercando si el universo se expande?, me pregunté, confundido.
Recuerdo la primera vez que vi a Andrómeda a través de mi telescopio. Aquel borrón algodonado de luz, a 2.5 millones de años luz, venía directo hacia nosotros a 400.000 km/h. ¿Cómo puede estarse acercando si el universo se expande?, me pregunté, confundido.
El universo se expande.
Lo hace en silencio…
sin estruendo…
sin destino fijo.
Cada galaxia, cada cúmulo…
parece alejarse de los demás,
como hojas flotando en un río que se ensancha eternamente.
Y sin embargo…
En dirección a nuestra galaxia…
avanza un titán.
Andrómeda.
Una gigante espiral de cientos de miles de millones de estrellas…
que viene hacia nosotros…
como un tren galáctico,
sin frenos ni desvío.
¿Cómo es posible?
Si el espacio se estira como una licra infinita…
¿por qué algunas galaxias se acercan en lugar de alejarse?
El secreto… está en las escalas.
Vivimos en un universo de dos actos.
El primero…
es vasto.
Es el escenario de la energía oscura,
esa fuerza misteriosa que infla el espacio mismo,
separando los grandes cúmulos de galaxias
como islas que jamás volverán a encontrarse.
A esas distancias…
la expansión lo domina todo.
Es como si el universo fuera un bizcocho en el horno,
y las galaxias…
pasas que se alejan unas de otras mientras la masa crece.
Pero hay un segundo acto.
Más íntimo.
Más violento.
Aquí…
en nuestro vecindario cósmico…
la gravedad aún tiene algo que decir.
Cuando las galaxias están lo bastante cerca…
la atracción mutua
puede vencer al tirón de la expansión.
Imagina dos hormigas sobre una banda elástica que se estira.
Si deciden caminar una hacia la otra…
si lo hacen con determinación…
pueden encontrarse,
aunque el mundo a su alrededor se aleje sin cesar.
Así…
es como Andrómeda se aproxima a la Vía Láctea.
Un día…
en unos 4.000 millones de años…
nos fundiremos en una nueva galaxia:
una elíptica colosal,
fruto de una danza de destrucción y renacimiento.
Pero esto…
no es una rareza.
El 90% de las galaxias cercanas…
ya han bailado este vals cósmico.
La Vía Láctea…
es un mosaico de antiguos encuentros.
Un collage estelar
hecho de innumerables fusiones menores.
Las Nubes de Magallanes…
esos compañeros galácticos que giran en nuestro cielo del sur,
están siendo devorados ahora mismo,
sus estrellas… absorbidas lentamente por nuestro halo galáctico.
Y sin embargo…
este tipo de encuentros
tienen fecha de caducidad.
Con cada tic del reloj cósmico…
la energía oscura gana terreno.
Y en un futuro inimaginablemente distante…
las galaxias estarán tan separadas
que ninguna fuerza podrá volver a unirlas.
Las civilizaciones del mañana, si llegan a existir,
nacerán en islas cósmicas…
rodeadas de un vacío sin historia compartida.
No sabrán de Andrómeda.
No verán colisiones.
El cielo… será una bóveda solitaria.
Pero nosotros…
tuvimos suerte.
Apunta tu telescopio hacia M51,
o al Quinteto de Stephan.
Y detente un momento.
Eres testigo de una era fugaz.
Una época en la que el universo aún permite el contacto,
el abrazo,
la fusión.
Cuando veas a Andrómeda elevarse en el cielo del hemisferio norte,
recuerda…
estás viendo a nuestra futura compañera de baile.
Un encuentro escrito en la gravedad misma.
Porque a diferentes escalas…
las leyes del universo no se contradicen.
Se armonizan.
Y en esa armonía…
reside la belleza del cosmos.
¿Si el universo se expande, cómo es posible que Andrómeda se esté acercando a la Vía Láctea?
Aunque el universo se expande en su conjunto, a escalas más pequeñas, como dentro de grupos de galaxias, la gravedad puede dominar. En el caso de Andrómeda y la Vía Láctea, están lo suficientemente cerca como para que su atracción mutua supere la expansión del espacio.
¿A qué velocidad se acerca Andrómeda a nuestra galaxia?
Andrómeda se acerca a nuestra galaxia a aproximadamente 400.000 km/h (110 km/s), una velocidad bastante común en escalas cósmicas para objetos de su tamaño.
¿Por qué unas galaxias se alejan y otras se acercan?
A gran escala, la expansión del universo separa las galaxias debido a la energía oscura. Sin embargo, dentro de cúmulos o grupos galácticos, la gravedad puede dominar y hacer que las galaxias se atraigan entre sí.
¿Qué significa que vivimos en un universo de "dos actos"?
Es una metáfora para explicar cómo, por un lado, el universo se expande aceleradamente (acto 1), y por otro, en pequeñas regiones, las galaxias interactúan y colisionan debido a la gravedad (acto 2).
¿Es cierto que la mayoría de las galaxias ya han colisionado alguna vez?
Sí, se estima que aproximadamente el 90% de las galaxias cercanas han sufrido al menos una colisión o fusión en su historia. La Vía Láctea es el resultado de muchas de estas fusiones.
¿Estamos absorbiendo otras galaxias ahora mismo?
Sí, las Nubes de Magallanes, nuestras galaxias satélite, están siendo distorsionadas y absorbidas por la Vía Láctea. Esto es parte de nuestro proceso de fusión galáctica.
¿Hasta cuándo seguirán ocurriendo estas colisiones galácticas?
A largo plazo, la energía oscura acelerará la expansión del universo, y dentro de billones de años, las galaxias estarán tan separadas que dejarán de interactuar gravitacionalmente.
¿Qué significa que en el futuro viviremos en “universos-isla”?
Esto se refiere a un escenario donde, debido a la expansión del universo, los cúmulos galácticos estarán tan alejados que no habrá interacción entre ellos, dejando a cada galaxia aislada en su propio "universo-isla".
¿Qué podemos aprender al observar colisiones galácticas hoy en día?
Hoy en día estamos en una época privilegiada en la que todavía podemos observar fusiones y colisiones galácticas, lo que nos ayuda a entender cómo se forman y evolucionan las galaxias, incluida la nuestra.
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