Luma y el hilo rojo del cielo - Cuentos para una noche de Observación pública


Luma era una luciérnaga que vivía en el bosque más oscuro del mundo.

Pero ella no le tenía miedo a la oscuridad.

¡Al contrario!

La adoraba, porque así su luz brillaba mejor.


Cada noche, Luma miraba al cielo con sus ojos chispeantes.

Le gustaba ver las estrellas titilando como primas lejanas.

Pero había algo que no entendía.


—¿Por qué algunas estrellas parecen alejarse? —le preguntó un día a su amiga la lechuza.


La lechuza movió sus plumas con sabiduría.


—Ve a ver al Viejo Prisma. Él sabrá decírtelo.



🔍 El guardián de la luz


Luma voló y voló hasta encontrar al Viejo Prisma, una piedra de cristal gigante que dormía en lo alto de una colina.


Cuando Luma se posó sobre él, el cristal se iluminó con colores de arcoíris.


—Dime, pequeña chispa, ¿qué te trae por aquí?


—Quiero saber por qué la luz de las galaxias se pone roja cuando están muy lejos. ¿Acaso se están escondiendo?


El Prisma soltó una risa suave como el viento entre hojas.


—Oh, no se esconden. Se están alejando.


—¿Alejando? ¿Todas?


—Todas las que están lejos, sí. Y te diré un secreto: no es que ellas se muevan solas. Es el cielo el que se está estirando.


—¿El cielo se estira? —preguntó Luma, con sus alas titilando de emoción.


—Sí. Como si fuera una sábana que se alarga poquito a poco. Y cuando la luz viaja por esa sábana, sus ondas también se estiran.


El Prisma hizo aparecer una ola de luz.


—Mira: cuando la luz tiene ondas cortitas, es azul. Cuando las ondas se alargan… ¡se vuelve roja!


—¡Entonces es como si la luz dejara un hilo rojo por donde pasa!


—Exactamente. Y ese hilo rojo nos dice que el universo está creciendo.



🌌 Una noticia desde muy lejos


Luma se quedó quieta, pensando.


—Entonces… si seguimos mirando, podemos saber cómo era el universo cuando era más joven.


—Así es, pequeña chispa. La luz que ves esta noche salió de esas galaxias hace millones de años. Nos cuenta una historia antigua.


Luma parpadeó fuerte.

Tenía tantas ganas de contárselo a todos.


Esa noche, volvió al bosque volando como una estrella fugaz.

Y desde entonces, cada vez que ve una luz rojiza en el cielo, sonríe:


—¡Otra galaxia que nos manda una historia estirada!


Y mientras vuela, Luma también deja su propio hilo de luz,

tejiendo con sus destellos una pregunta en

 el cielo:

¿Y tú? ¿Qué historia estás contando con tu luz?



✨ FIN



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