La Gran Fiesta de las Galaxias - Cuentos para una noche de Observación pública

 




Había una vez… en un rincón muy, muy lejano del universo…

un lugar lleno de estrellas, gas, polvo y maravillas.

Ese lugar se llamaba… ¡galaxia!


Pero no había solo una.

¡No, no, no!

Había millones… ¡no! ¡Miles de millones!

¡Un verdadero universo de galaxias!


Y como todo universo que se respeta…

un día, las galaxias decidieron hacer algo muy especial:

¡Una gran fiesta galáctica!

 


Llegaron todas, brillando con sus mejores luces.


Primero llegó la galaxia espiral, girando como una bailarina.

—¡Hola! —dijo mientras daba vueltas y vueltas—.

¡Soy una galaxia espiral, y traigo mis brazos llenos de estrellas recién nacidas!

Era elegante, con forma de remolino brillante.

¿Sabías que vivimos en una galaxia como ella?

¡Sí! ¡La Vía Láctea también estaba en la fiesta!


Después llegó una muy seria, pero brillante.

Era la galaxia elíptica.

—No me gusta girar tanto —dijo—, pero ¡mira cuántas estrellas tengo!

Era redonda como una pelota aplastada y estaba llena de estrellas viejitas que contaban historias de hace millones de años.


Y entonces…

¡zas!

Entró volando una galaxia toda despeinada.

—¡Hola, soy una galaxia irregular! —gritó divertida.

—¡No tengo forma, pero tengo mucha onda!


No tenía brazos ni círculos, ¡pero brillaba igual que todas!



Cuando la fiesta ya estaba por empezar…

¡pum!

¡Entró una galaxia nueva! Nadie la había visto antes.

—¡Soy una galaxia de estallido estelar! —dijo emocionada—.

¡Tengo estrellas que nacen por todos lados! ¡Estoy llena de vida!


Era como una chispa, como una explosión de luces de colores.


Las otras galaxias la miraron con asombro…

¡era la más joven, pero ya tenía tanto para compartir!




Y así, entre espirales que giraban, elípticas que brillaban, irregulares que jugaban y estallidos estelares que danzaban…

la fiesta de las galaxias se llenó de luz.


Y mientras bailaban por el cielo, se abrazaban con gravedad.

Sí, con gravedad, que es como se quieren las galaxias:

muy fuerte, sin soltarse nunca.



Si alguna noche ves muchas estrellas allá arriba,

recuerda

 que estás viendo solo una parte de una galaxia…

Y que allá lejos, en la fiesta del universo,

las galaxias siguen girando, cantando y brillando…


¡esperando que un día, tú también, te pongas a bailar como ellas!




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